Mitos sobre el vapeo

Los jóvenes se han integrado rápidamente a la cultura del vapeo, en gran parte gracias al éxito de la publicidad de la industria y a la presión social. Existe la creencia de que vapear es menos dañino que los cigarrillos tradicionales. Añadir sabores apetecibles lo hace aún más atractivo para los jóvenes. Para muchos, el aspecto social del vapeo supera sus peligros.*

MITO: El vapeo ayuda a las personas a dejar de fumar.

Las empresas tabacaleras y de vapeo han comercializado los vapeadores como una alternativa más segura a los cigarrillos tradicionales. También los han promocionado como una herramienta para ayudar a las personas a dejar de fumar. Sin embargo, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos no ha encontrado ningún cigarrillo electrónico que sea seguro ni eficaz para ayudar a las personas a dejar de fumar cigarrillos tradicionales. En consecuencia, la FDA no ha aprobado ningún vapeador como medida para dejar de fumar.

MITO: Vapear es más seguro que fumar.

Los cigarrillos contienen sustancias venenosas, metales tóxicos y sustancias químicas cancerígenas que entran al cuerpo en cada bocanada. Las personas que vapean también inhalan algunas de las mismas sustancias químicas peligrosas o similares.

MITO: El vapeo produce un vapor de agua inofensivo.

Aunque suele emplearse el término "vapor", los vapeadores no producen vapor de agua. Los vapeadores producen un aerosol. A diferencia del vapor de agua, este aerosol contiene partículas ultrafinas que se inhalan y llegan a los pulmones. 

MITO: Vapear no produce humo de segunda mano.

El humo de segunda mano es un riesgo para la salud de quienes están cerca de fumadores y vapeadores. Además, el humo de tercera mano que se asienta en la ropa y los muebles huele mal y puede ser peligroso para las personas con problemas respiratorios. Aunque vapear no produce los mismos vapores malolientes que los cigarrillos tradicionales, el aerosol de vapeo de segunda mano contiene sustancias químicas y compuestos que contaminan el aire en los interiores. Aunque no tengan olor, las partículas de tercera mano se adhieren a las superficies y al polvo y pueden inhalarse profundamente o absorberse a través de la piel.

MITO: Dejar de vapear es fácil.

Un cartucho de vapeo contiene tanta nicotina como 30 cigarrillos. El vapeo entrena al cerebro a esperar más nicotina, lo que provoca el deseo de vapear aún más. El cerebro de los adolescentes es especialmente susceptible a los efectos de la nicotina. Esto dificulta dejar de vapear y aumenta la probabilidad de que los adolescentes se conviertan también en fumadores. Vea más información sobre cómo ayudar a su hijo adolescente a dejar de vapear cuando esté listo.

Más mitos.

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* Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA): Reducir el vapeo entre jóvenes y adultos jóvenes.

Vapear puede dificultar la concentración, recordar cosas y tomar decisiones. Los altos niveles de nicotina en los vapeadores dificultan pensar con claridad y, a menudo, provocan confusión mental.