Es hora de hablar

 Más de 2.1 millones de jóvenes usan vapeadores actualmente, lo que lo convierte en el producto de tabaco más consumido en escuelas secundarias y preparatorias.* La adolescencia es una etapa en la que los jóvenes quieren experimentar y probar cosas nuevas. También es una etapa en la que se enfrentan a una mayor presión social y buscan integrarse. 

A medida que el cerebro de los adolescentes se desarrolla, corren un mayor riesgo de volverse adictos a la nicotina. Dado que el cerebro de los adolescentes aún está en desarrollo, vapear presenta mayores riesgos. Puede dañar las partes del cerebro que regulan la atención, el aprendizaje, la memoria, el estado de ánimo y el control de los impulsos.

Es importante conocer el aspecto de un dispositivo de vapeo, las señales de vapeo y qué hacer si sospecha que su hijo vapea. Incluso si no sospecha que su hijo vapea, tómese el tiempo para hablar con él sobre los peligros de vapear. La comunicación abierta y la información pueden ayudar a mantener a su hijo adolescente a salvo.

¿Cuáles son los signos de vapeo?

Los signos del uso de vapeadores incluyen:

  • Tos o respiración silbante reciente
  • Nuevos olores como los frutales o dulces
  • Aumento de los cambios de humor, ansiedad o depresión, más allá del mal humor típico de la adolescencia

Inciar la conversación

En lugar de juzgar, muéstrese interesado en aprender. 

Pregúntele a su hijo adolescente qué sabe sobre el vapeo, qué ha visto y oído y qué piensa al respecto. Haga preguntas abiertas y sencillas y deje que su hijo sea quien más hable. No se preocupe si la conversación no dura mucho. Lo más importante es empezar a hablar.

Encuentre momentos para enseñar. 

Busque oportunidades naturales para hablar del vapeo. Por ejemplo, al ver una tienda o un anuncio de vapeo, estar cerca de una persona que vapea o ver una noticia o publicación en las redes sociales sobre el vapeo. Empiece por escuchar lo que su hijo adolescente piensa antes de compartir sus propias opiniones y comentarios.

Comparta sus propias experiencias. 

Si ha fumado o vapeado, cuente cómo empezó y cómo le afectó. Escuchar cómo dejó el hábito (o por qué no lo ha dejado todavía) puede ser un poderoso ejemplo para su hijo.

Comparta los datos que ha aprendido.

El vapeo expone a los adolescentes a sustancias químicas peligrosas y adictivas. El vapeo no es más seguro que fumar. De hecho, se han identificado daños pulmonares graves en los jóvenes que han vapeado durante un tiempo relativamente corto. Comparta estos datos y exprese su preocupación por la salud y el desarrollo de su hijo.

Ayude a crear un plan. 

Los adolescentes pueden sentir la presión de grupo para vapear con sus amigos. Una forma de ayudarles a resistir esa presión es hablar de antemano sobre cómo pueden responder. Usted puede ayudar a proponer ideas y practicar qué decir y hacer en esos momentos.

Sea paciente. 

Vapear es una adicción difícil de dejar. Las investigaciones demuestran que se necesitan numerosos intentos para dejar de vapear con éxito.

[LiveVape Free Callout] Ayude a sus hijos a dejar de vapear cuando estén listos. 

Los adolescentes necesitan saber que usted está ahí para ayudar y no para criticar. Visite LiveVapeFree.com para obtener ayuda gratuita para usted y su hijo adolescente.

*Fuente: Encuesta de 2023 sobre el tabaco en los jóvene