Aunque no veamos casos de enfermedades prevenibles con vacunas con tanta frecuencia debido a que la tasa de personas vacunadas es mayor, estas enfermedades siguen siendo muy graves.
Históricamente, las enfermedades han tenido elevadas tasas de hospitalización o mortalidad.
Antes de que se aplicaran vacunas en los Estados Unidos: Unas 6 000 personas morían cada año a causa del sarampión.
Durante la década de 1920, se informaron alrededor de 150.000 casos de difteria, enfermedad que causaba 14.000 muertes al año.
Antes de 1979, cada año se infectaban con poliomielitis alrededor de 35.000 personas. Desde entonces, gracias a las vacunas, no ha habido casos de poliomielitis en los Estados Unidos.
Durante una inmunización, usted recibe una forma debilitada o inactiva de la enfermedad, que pasa por su cuerpo sin causarla. Usando esta forma debilitada, su cuerpo produce anticuerpos y glóbulos blancos para combatir específicamente la enfermedad, lo que le proporciona inmunidad.
Ejemplo:
En la mayoría de los casos, cuando una persona desarrolla varicela, se enferma, pero, una vez recuperada, es inmune a la enfermedad. Se crea inmunidad porque el cuerpo aprende a reconocer la enfermedad y los anticuerpos evitan que se enferme nuevamente.
Las vacunas funcionan de la misma manera, excepto que no se sufren los posibles síntomas de la enfermedad.
Sí, en la mayoría de los casos, las vacunas son seguras y eficaces, y causan pocos efectos secundarios o ninguno. La mayoría de las reacciones son leves, como fiebre, hematomas o dolor en el lugar de la inyección. Antes de que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) autorice una vacuna, se realizan pruebas exhaustivas para garantizar su seguridad. Cada persona es única y puede reaccionar de manera diferente a una vacuna. En muy raras ocasiones, pueden sufrirse efectos secundarios más graves, pero los beneficios de las vacunas superan ampliamente sus posibles riesgos. Consulte con su médico acerca de las pruebas previas a la vacunación y los posibles efectos secundarios.
Las vacunas han logrado disminuir la cantidad de enfermedades infecciosas que alguna vez representaron una amenaza constante para las personas de todo el mundo. Sin embargo, las enfermedades prevenibles con vacunas aún están presentes en muchas de nuestras comunidades. Si no se ha administrado las debidas vacunas, aumenta el riesgo de exposición a estas enfermedades tanto para usted como para sus seres queridos. Para obtener más información, consulte la página de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (en inglés).
Puede vacunarse con su proveedor de atención médica, en una clínica de salud cercana, en el Departamento de Salud local o en una farmacia.
Para obtener más información sobre cómo recibir las vacunas, comuníquese con su proveedor de atención médica, el Departamento de Salud local o el Departamento de Servicios de Salud del Estado de Texas.
Con seguro: La mayoría de los planes de seguro médico brindan cobertura para vacunas. Para obtener más información, comuníquese con su proveedor de atención médica o su compañía de seguros.
Sin seguro: Verifique si cumple los requisitos del Programa Red de Seguridad para Adultos (en inglés).
El Registro de Vacunación de Texas, ImmTrac2, le brinda un historial consolidado de sus vacunas. Mediante este registro confidencial, tanto usted como a su proveedor de atención médica pueden ver qué vacunas ha recibido y cuáles necesita, lo que le permite mantenerse al día con su vacunación.
Para obtener más información sobre el registro de vacunas, visite el sitio web de ImmTrac2 del Departamento de Servicios de Salud del Estado de Texas.
Para obtener más información sobre las vacunas, comuníquese con su proveedor de atención médica, el Departamento de Salud local, el Departamento de Servicios de Salud del Estado de Texas o los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.